Esta promesa poderosa de nuestro Dios Todopoderoso e infalible, debemos interpretarla de una forma correcta, dado que para recibir esta tan grande promesa en nuestra vida, debemos realmente morar bajo su abrigo, es decir, estar verdaderamente alineado con su voluntad y mandamientos para que esa poderosa y maravillosa cobertura nos alcance.
Podemos pensar que solo el hecho de leer este Salmo 91, ya estamos protegido contra todo mal, y muchas veces desde un enfoque religioso puede creerse así, sin embargo, debemos entender que las promesas de Dios son para aquellos que obedecen a su palabra y creen en su nombre y poder de todo corazón.
Entonces, lo primero que debemos hacer es aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador, abandonar el camino del pecado, reconciliarnos con Dios y cada día caminar con Jesús, procurando hacer su voluntad y trabajando para el reino. Esta promesa (El Que Habita al amparo del Altísimo, morara bajo la sombre del Todopoderoso) no es simplemente para todo aquel que la lea o la tome como un fetiche, para recibir esta gran bendición tenemos que estar morando bajo la Sombre del Todopoderoso y esto es imposible si andamos fuera de su voluntad.
















